Ríos de tinta se han escrito sobre el colesterol y su impacto en la enfermedad cardiovascular. De ser considerado el principal agente causal, al escepticismo sobre el mismo, el péndulo parece estar acercándose a un punto medio razonable. Hablamos de un estudio que pone de manifiesto la importancia de prevenir la hipercolesterolemia, de la mano de la reciente noticia sobre la “vacuna” contra el colesterol. Artículo publicado en la revista Alimente el 7/11/2023.
Sin duda uno de los temas más controvertidos y apasionantes en la historia de la medicina es la relación del colesterol con la enfermedad cardiovascular. Desde el Estudio de los Siete Países de Ancel Keys que sentó las bases de la hipótesis de la dieta-corazón vinculando grasas saturadas al colesterol y el riesgo de infarto, hasta nuestros días.
Mucho se ha avanzado en el conocimiento de la enfermedad, y ahora sabemos que no solo el colesterol tiene un impacto en el riesgo de infarto. Otros factores como la hipertensión arterial, el tabaquismo, mala dieta y obesidad, la diabetes o el sedentarismo también juegan un papel muy importante, https://blog.drdurantez.es/2018/08/08/enfermedad-cardiovascular-el-colesterol-no-es-el-unico-culpable, “El colesterol no es el único culpable“, Gente Sana, agosto 2018. Sin olvidarnos del calcio acumulado en las placas de ateroma, que podemos medir a través del Score Cálcico, “Soy deportista y tengo calcio en las coronarias. ¿Puedo sufrir un infarto?“, Gente Sana, junio 2019.
No solo el colesterol tiene un impacto en el riesgo de infarto. Otros factores como la hipertensión arterial, el tabaquismo, mala dieta y obesidad, la diabetes o el sedentarismo también juegan un papel muy importante
Los avances en biología molecular nos han permitido conocer con más precisión aún los mecanismos por los que estos factores se relacionan con la enfermedad cardiovascular. Y ahora sabemos que entre otros la inflamación crónica es una de ellas, la cual está vinculada a la mayor parte de enfermedades crónicas como un signo que acompaña al envejecimiento, “La inflamación crónica: el asesino silencioso“, Gente Sana, diciembre 2020.
El impacto de bajar el colesterol.
A pesar del escepticismo alrededor del papel del colesterol en el infarto, en la última década se han ido publicando estudios científicos que han demostrado que su impacto es sin duda muy relevante. Hace pocos días se ha conocido un análisis publicado en el JAHA (Journal of the American Heart Association) que demuestra la importancia de los niveles de colesterol y la efectividad del tratamiento con estatinas en la mortalidad por infarto, “Serum Cholesterol and Impact of Age on Coronary Heart Disease Death in More Than 4 Million Veterans“, JAHA, octubre 2023.
La muestra en este caso fue de cerca de nada menos que casi 4,5 millones de veteranos en EE. UU. con datos iniciales de reconocimientos médicos entre los años 2002 y 2007 y un seguimiento hasta finales del año 2018. Es interesante destacar que en este caso el análisis no se limitó al colesterol “malo”, de baja densidad o LDL, sino que se utilizó como dato el colesterol total, y se relacionó éste con las muertes por infarto.
El uso de estatinas demostró, una vez más, ser eficaz para reducir el riesgo de muerte por infarto.
Los datos son claros: se encontró una relación en forma de “J” entre colesterol y muertes por infarto, con un nivel de riesgo constante por debajo de 180 mg/dL (de ahí la curva en forma de “J”) y un aumento gradual por encima de este nivel, frente a otros estudios que han encontrado una curva en “U” para muertes por cualquier causa con niveles por debajo de 120 mg/dL, “Total cholesterol and all-cause mortality by sex and age: a prospective cohort study among 12.8 million adults“, PubLmed, febrero 2019. En el estudio que nos ocupa observó un incremento de muerte por enfermedad coronaria a partir de los 180 mg/dL de colesterol total, llegando a ser del 83% en personas con niveles superiores a 280 mg/dL.
El uso de estatinas demostró, una vez más, ser eficaz para reducir el riesgo de muerte por infarto. De hecho, para aquellos con niveles más altos de colesterol total por encima de 280 mg/dL, el riesgo de muerte pasó de un 83% a un 45% o incluso un 9% respectivamente para los tratados con estatinas antes o después del inicio del muestreo.
El beneficio también se extendía a aquellos con niveles normales de colesterol, por debajo de 180 mg/dL, con una reducción de un 20% del riesgo de muerte por infarto en comparación con aquellos que nunca usaron estatinas.
Niveles de excelencia para la prevención.
Los lectores habituales saben que en la medicina preventiva para el envejecimiento saludable trabajamos con niveles de excelencia. El objetivo adelantarse al inicio de la aparición del signo o síntoma de enfermedad, abordándola en su fase subclínica, cuando los biomarcadores pueden ser aparentemente normales, pero no óptimos lo que indica que la enfermedad ya ha iniciado su avance, “¿Quién quiere ser normal? valores óptimos de los biomarcadores de salud y longevidad“, Gente Sana, mayo 2021.
El objetivo es mantener a mis pacientes por debajo de 180 mg/dL de colesterol total o de 116 mg/dL de colesterol LDL. Eso sí, buscamos la presencia de placas de ateroma en arterias periféricas (carótidas, aorta abdominal, iliacas y femorales) y también en coronarias. Lo más frecuente es que, a partir de los 50 años las encontremos y en ese caso, el nivel de excelencia para el LDL-colesterol lo bajamos de 100 mg/dL o incluso menos dependiendo da la cantidad y tamaño de las placas halladas. Para ello la primera línea siempre es el cambio en los estilos de vida, pero si este es insuficiente, el tratamiento con fármacos se hace necesario.
El estudio en veteranos ha encontrado que aquellos que no usaban estatinas pero que tenían niveles equivalentes de colesterol, gracias a un buen estilo de vida, tenían un perfil similar de mortalidad por infarto. Esto reafirma la importancia de cuidar los hábitos para mantener una buena salud cardiovascular.
La vacuna contra el colesterol.
Hace pocos dias ha saltado también a los medios, la noticia de que el sistema público de salud español va a financiar la llamada “Vacuna” contra el colesterol. Este fármaco inyectable llamado Leqvio permite reducir el nivel de LDL hasta en un 54% con una dosis de mantenimiento dos veces al año, y añadido al tratamiento con estatinas. Su objetivo es sobre todo ayudar a los pacientes de muy alto riesgo (que ya han sufrido un infarto previo o un ictus isquémico o con hipercolesterolemia familiar) y que no consiguen alcanzar los objetivos de LDL únicamente con estatinas.
Habrá que seguir muy de cerca los resultados de este fármaco para valorar su efectividad y el impacto de una reducción agresiva de los niveles de colesterol en el riesgo de infarto. Mientras tanto querido lector, no olvidemos cuidar nuestros hábitos, como siempre.
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