El entrenamiento de la Atención Plena, también conocido como Mindfulness, se relaciona con la capacidad de ralentizar e incluso revertir el proceso de envejecimiento celular. Y no solo eso, parece que tener una Atención musculada interviene también en la sensación de felicidad y bienestar.
Uno de los pilares del enfoque médico integral para una longevidad saludable es el de la Salud conductual y neurocognitiva. Más o menos sabemos cómo actuar frente al sedentarismo, los malos hábitos nutricionales, los hábitos tóxicos, los déficits de micronutrientes, la alteración del ritmo vigilia-sueño y el declive hormonal y metabólico. Pero el abordaje del estrés psicológico y ciertos patrones mentales que se relacionan con una mayor propensión a sufrir enfermedades físicas y mentales, así como envejecimiento prematuro, requiere de medidas especiales.
Por suerte, hoy en día existen técnicas para modular el funcionamiento mental y afrontar los problemas cotidianos con menor repercusión negativa sobre nuestro organismo. Nuestro primer Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal ya lo sostenía hace más de 100 años: “Todo hombre puede ser, si se lo propone, el escultor de su propio cerebro”.
La neuroplasticidad cerebral, la capacidad de nuestro cerebro de cambiar su morfología y funcionamiento, está en la base del entrenamiento de la Atención
Basándose en esta capacidad del cerebro humano, a finales de los años 70, Jon Kabat-Zinn fundador y director de la Clínica para la Reducción del Estrés de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachussets desarrolló un protocolo de entrenamiento de la cualidad de la Atención para sus pacientes de estrés y dolor crónico. Este programa, al que llamó MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) o REBAP en castellano (Reducción del Estrés basado en la Atención Plena), es el decano de todas las intervenciones basadas en el entrenamiento de la Atención Plena o Mindfulness.
Una contribución crucial de Kabat-Zinn, fue impulsar desde el inicio los estudios científicos para validar los beneficios y los mecanismos del entrenamiento de la atención. Hace por tanto más de 40 años que numerosos estudios vienen validando los beneficios del entrenamiento en la Atención Plena. Esto ha contribuido a su incorporación a los protocolos médicos para el tratamiento de problemas físicos, y psicológicos, dolor crónico y otros síntomas asociados al estrés. Estudios recientes muestran además cómo el entrenamiento en Atención Plena impactaría positivamente en indicadores de la longevidad a nivel celular como es la longitud de los telómeros.
El impacto de la mente en la enfermedad y el envejecimiento
Los telómeros son los extremos de nuestros cromosomas que los protegen de cualquier daño. Cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan. Con el tiempo, los telómeros se vuelven tan cortos que la célula ya no puede dividirse entrando en un estado de senescencia replicativa característico del proceso de envejecimiento.
No solo el envejecimiento, sino también sus enfermedades vinculadas como las cardiovasculares, Alzheimer, Parkinson, cáncer o diabetes, otras están asociadas a un acortamiento telomérico acelerado.
Además, la longitud y la salud de nuestros telómeros aportan una base biológica para entender la relación entre nuestro cuerpo y nuestra mente.
Un acortamiento acelerado de los telómeros se ha relacionado con la exposición al estrés crónico
Elizabeth Blackburn, premio Nobel de medicina en 2009 por su descubrimiento de la telomerasa y Elissa Epel, catedrática de psiquiatría de la Universidad de California, han estudiado conjuntamente los efectos del estrés a nivel celular.
En su estudio con personas sometidas a estrés crónico proporcionan evidencia de que el estrés psicológico se asocia significativamente con una menor longitud de los telómeros. Por tanto, a nivel celular, el estrés puede promover la aparición más temprana de enfermedades, incluidas las relacionadas con la edad y el envejecimiento en sí mismo.
Las personas con alto nivel de estrés percibido presentaban un acortamiento de los telómeros equivalente a diez años de envejecimiento adicional, en comparación con personas con bajo estrés
Pero no solo el estrés severo tiene impacto en la salud física y mental. La evidencia científica, entre ella un estudio de la Universidad de Harvard, sugiere que determinados patrones mentales como la mente errante, la mente que divaga y que está proyectada continuamente en el pasado o el futuro, predice infelicidad. Por el contrario, la capacidad de centrar la mente en lo que está sucediendo en el presente, predice un estado de bienestar. En otro estudio con personas sanas y libres de estrés, Blackburn y Epel también observaron que aquellas que reportaron mucha divagación mental tenían telómeros más cortos, es decir mostraban un envejecimiento prematuro, comparadas con aquellas que reportaron poca divagación mental.
El entrenamiento de la Atención, el estrés y los telómeros
Blackburn y Epel han estudiado además cómo el envejecimiento celular podría ser modulado por el funcionamiento psicológico. Plantean que hay dos estados psicológicos que se oponen entre sí: la percepción de amenaza y la Atención Plena (Mindfulness), con efectos distintos sobre la longevidad celular.
El entrenamiento de Mindfulness permite cambiar una percepción de amenaza por la de reto asequible, disminuir el pensamiento rumiativo y reducir la excitación del estrés.
De esta forma, concluyen que las intervenciones basadas en Atención Plena, pueden aumentar los estados mentales positivos y los factores hormonales que promueven efectos saludables en la longitud de los telómeros generando un impacto positivo en la salud celular.
Longevidad y Felicidad, ¿Quién da más?
Ya nos hemos preguntado en artículos anteriores si merece la pena vivir más si no podemos vivir bien. La longevidad saludable, considerada como esperanza de vida sana, tanto física como mental, es una aspiración humana, que incluye valores como la felicidad, la plenitud y el propósito que forman parte de un funcionamiento psicológico sano.
En esta línea, otros estudios, plantean que el entrenamiento de la Atención Plena además de mitigar estados psicológicos negativos como el estrés, también puede aumentar directamente los estados psicológicos positivos.
Muchas veces nos decimos, y casi nunca lo hacemos, que “hay que disfrutar de las pequeñas cosas de la vida”. Prestando atención, en lugar de pasar de puntillas por la vida, esto es posible.
Cuando desarrollamos la Atención se amplifica el “saboreo” de los aspectos positivos de la vida que antes nos pasaban desapercibidos.
El entrenamiento en la Atención Plena por tanto aumenta “la Felicidad desde fuera” (hedonía), basada en elementos externos a nosotros o en cosas materiales.
Pero esta fuente de felicidad es necesario complementarla con “la Felicidad desde dentro” (eudaimonia), aquella que se produce al vivir de acuerdo con nuestros verdaderos valores, motivación o propósito. Entrenando la Atención Plena también desarrollamos un conocimiento más cercano de nosotros mismos, lo que nos lleva a tomar conciencia de nuestras necesidades y valores más importantes, conduciendo nuestras acciones y conectando con un sentido de propósito y plenitud.
El entrenamiento de la Atención Plena o Mindfulness adquiere hoy en día más sentido en la sociedad de la distracción y el estrés en la que vivimos para que realmente alcance su sentido la expresión en latina “mens sana in corpore sano”, especialmente a medida que nos hacemos mayores.
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