Durante los pasados días 3, 4 y 5 de octubre, Sevilla se convirtió en la capital internacional de la Medicina Antiaging con la celebración del XVIII Congreso Internacional de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad, en el que participó el Dr. Durántez como ponente, moderador y miembro de una mesa de expertos. Una vez más un éxito de convocatoria con la participación de más de 80 ponentes y más de 350 asistentes de numerosas nacionalidades.
Han sido muchas las ponencias y temáticas de interés pero, en mi opinión mencionaría las siguientes:
Melatonina en la Clínica
El Profesor Darío Acuña y la Profesora Germaine Escames del Instituto Internacional de la Melatonina, impartieron el curso pre-congreso “Melatonina en la Clínica”, sobre el uso de la melatonina en dosis elevadas de más de 30 mg, como un poderoso protector celular y antioxidante, lo que la convierte en uno de los tratamientos estrella de la medicina antienvejecimiento. Además las investigaciones del uso de la melatonina tópica en crema en las radiodermitis y mucositis (producidas por la radioterapia en pacientes oncológicos) han revelado a la melatonina como un cosmético para el envejecimiento dérmico de primera línea.
Péptidos en Medicina Antienvejecimiento
Como en otras muchas espacialidades, la medicina preventiva para el envejecimiento saludable, incorpora sin cesar nuevos métodos diagnósticos y terapéuticos. Entre estos últimos están los “péptidos” (proteínas pequeñas) que no son más cadenas de 2 a 50 aminoácidos, con numerosos efectos preventivos y terapéuticos de interés. Como moderador de la mesa “Péptidos en Medicina Antienvejecimiento” presenté al Dr. Raul Enad de EEUU y a la Dra. Anna Medvedeva, afincada en Marbella, que abordaron brillantemente el tema.
Según un artículo publicado en la revista Nature en 2014 sobre el mapa del proteoma humano, tenemos en nuestro cuerpo más de 290.000 péptidos de los cuales más de 7.000 están identificados. Muchas de las moléculas que ya conocemos son péptidos, como la prolactina, la calcitonina, la oxitocina… pero lo que es verdaderamente interesante es la utilidad de alguno de estos péptidos en la medicina antienvejecimiento.
Concretamente podríamos hablar del BPC-157 como un excelente antiinflamatorio y cicatrizante, del ephitalon con efectos sobre la longevidad, del PT-141 como potenciador de la función sexual o de la constelación de péptidos estimulantes de la liberación de hormona de crecimiento como el CJC-1295, la ipamorelina o la tesamorelina. Pero, como es habitual, la ciencia suele ir muy por delante de la regulación sanitaria y, hoy por hoy, no hay tratamientos aprobados con los péptidos anteriormente señalados. Habrá que esperar…
¿Antioxidantes si o antioxidantes no?
¿Antioxidantes si o antioxidantes no? Con este título se presentó una mesa de debate en la que participé como experto junto a 5 catedráticos y otro doctor. La conclusión es que, hoy por hoy, es difícil responder de una manera categórica a la pregunta. Lo que sí está claro es que el uso de las vitaminas antioxidantes (C, A, E) en altas dosis como se proponía en los años 90, puede tener un efecto contrario al pretendido, es decir prooxidante.
Como en otros ámbitos de la medicina, la toma de una decisión clínica debe fundamentarse en la historia clínica y las pruebas complementarias. Se puede medir el grado de estrés oxidativo, nitrosativo e inflamatorio intra y extracelular y tomar medidas en función del resultado. La melatonina en altas dosis vuelve a aparecer como un magnífico antioxidante que actúa de manera equilibrada en todos los pasos de la reacción bioquímica REDOX.
Mi experiencia práctica en la medicina antienvejecimiento
“Mi experiencia práctica en la medicina antienvejecimiento” fue otra de las mesas de interés en la que presenté mi ponencia sobre los “Valores de excelencia de biomarcadores de salud y longevidad en el contexto de la medicina antienvejecimiento”. En medicina preventiva antienvejecimiento no nos podemos conformar con tener nuestros biomarcadores en rangos de “normalidad”, el objetivo es llevarlos a esos valores de excelencia que nos alejen de la enfermedad de que representan, porque “lo que es bueno para todos puede ser insuficiente para mí”, la autocomplacencia de pacientes y médicos no es buena para hacer una buena medicina preventiva.
Por supuesto que no es cuestión de obsesionarse con hacer todo perfecto, pero al menos debemos tener la voluntad de poner nuestros marcadores cerca de los valores de excelencia y no conformarnos con esa mediocridad generalizada en nuestra sociedad actual que denuncia el filósofo canadiense Alain Deneault en su reciente libro “Mediocracia, cuando los mediocres toman el poder”.
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