La moda de lo “Détox” llegó hace unos años, parece que para quedarse. Este tipo de preparados mezcla todo tipo de frutas y verduras en combinaciones imposibles. Les acompaña un halo saludable pero, ¿qué hay de cierto en ello? Artículo publicado en la revista Alimente el 28/12/2018.
El término “Détox” (procedente de “Détoxificación”) hace referencia a todo tipo de preparados como zumos, batidos, o incluso dietas, que llevan ese calificativo. Este nombre evoca sensaciones de limpieza o de depuración del organismo, siendo estos preparados utilizados tanto para la pérdida de peso como periódicamente para “depurar” o “desintoxicar” el organismo, de algunos excesos como los navideños.
Esta es otra moda importada de otros países donde lleva más tiempo arraigada, pudiendo encontrar cada vez más establecimientos que ofrecen incluso “tratamientos détox”.
¿Qué es Détox y qué no lo es?
El primer escollo que nos podemos encontrar es el de definir qué es un producto détox. Dentro de esta denominación encontramos batidos, zumos o licuados, habitualmente mezcla de frutas y/o verduras, con suplementos añadidos como la espirulina, en ocasiones. No faltan también los “superalimentos” de moda, como el kale o col rizada, el jengibre, o el açaí.
Por otro lado, se hacen alegaciones saludables de algunos de estos preparados, en muchas ocasiones como subtítulo a un nombre exótico: “bueno para el riñón”, “mejora tu tensión” u otros. Sin embargo, para poder hacer estas alegaciones, es necesario cumplir con la normativa, tal y como dicta la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) encargada de evaluar y regular la efectividad de suplementos, aditivos, y componentes alimentarios, y de avalar en su caso, las alegaciones de propiedades saludables (entre las que no se encuentra la de Detoxificación).
¿Son útiles?
Parecería que, siendo preparados a base de frutas y verduras, serían una forma interesante de introducir estos alimentos en la dieta. Sin embargo, no podemos atribuir a este tipo de mezclas, propiedades más allá de su mero valor nutricional. No hay nada en este tipo de preparados que vaya a hacer que el cuerpo se purifique o desintoxique. En condiciones normales, esta función es asumida por el hígado, donde gracias a los citocromos se produce la transformación de toxinas para su eliminación posterior a través del riñón.
Otro tema alrededor de lo détox es la conservación de las enzimas. Se supone que cocinar los alimentos las destruye, lo cual es cierto (la mayor parte de ellas pierde su función a partir de unos 45 – 50 grados, al desnaturalizarse como proteínas que son). Sin embargo, estas enzimas también se desnaturalizan en contacto con medios muy ácidos por lo que, al alcanzar el estómago, de nuevo pierden su función. Y a todo lo anterior, se suma el hecho de que estas enzimas que contienen los alimentos, probablemente no tendrían ningún efecto beneficioso, ni siquiera, aunque no se desnaturalizasen, al contrario de lo que en muchas ocasiones se les atribuye.
No cocinar los alimentos, dificulta la absorción de nutrientes.
Lo que realmente puede afectar a nuestros mecanismos de defensa, sería una carencia nutricional como las de algunas vitaminas o minerales, y el estrés oxidativo. Sin embargo, no hace falta recurrir a estos productos “milagrosos” para conseguir una ingesta adecuada de estos nutrientes. Y, de hecho, se ha asociado las dietas crudívoras, con una menor disponibilidad de vitaminas y minerales, y con efectos perjudiciales para la salud. “Consequences of a long-term raw food diet on body weight and menstruation: results of a questionnaire survey“, 1999, Koebnick encontró en una comunidad de más de 500 crudívoros en Alemania, una asociación entre un mayor porcentaje de alimentos crudos en la dieta, y un bajo índice de masa corporal (infrapeso) además de alteraciones reproductivas en mujeres. No cocinar los alimentos, dificulta la absorción de nutrientes.
¿Beneficio o riesgo para la salud?
Hemos dicho por tanto que los zumos détox probablemente no aportan ningún beneficio adicional al consumo de frutas o verduras enteras. De hecho, incluso perdemos una buena parte de la fibra que contienen los vegetales, si procedemos a su licuado. Pero, ¿pueden suponer algún riesgo para la salud?
Podemos correr el riesgo de perder peso en forma de masa muscular, por una baja ingesta proteica
La alarma ha saltado en Alemania, ya que la mencionada EFSA ha identificado como riesgo emergente en “Annual report of the Emerging Risks Exchange Network 2015”, July 2016, el alto consumo de oxalatos asociado a beber zumos Détox, ya que algunos de los alimentos más usados en estos preparados como espinaca, col rizada o remolacha, son muy ricos en estas sustancias cuyo consumo excesivo se asocia con un mayor riesgo de padecer cálculos renales. Y es que un solo vaso de estas bebidas puede contener más oxalatos, que la cantidad diaria recomendada. Ya se han publicado casos de nefropatía aguda, por esta causa, “”Green Smoothie Cleanse” Causing Acute Oxalate Nephropathy”, February 2018.
Otros riesgos asociados a estas bebidas pueden ser el consumo elevado de nitratos (no recomendables los Détox, por tanto, para el público infantil) o el riesgo de infecciones bacterianas tanto por contaminación especialmente de verduras crudas, como por la suciedad que acumulan aparatos como las licuadoras. Y un aporte extra de azúcares, ya que no es lo mismo comer una fruta entera, que en zumo: es fácil tomar un zumo de tres naranjas, pero no comerlas.
Si además se utilizan estas bebidas como estrategia para la pérdida de peso, recurriendo a alimentarse casi exclusivamente de ellas, podemos correr el riesgo de perder peso en forma de masa muscular, por una baja ingesta proteica. Y probablemente, con un efecto rebote al finalizar el ciclo, por no volver a un buen hábito alimentario y recuperar los malos hábitos anteriores.
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