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La silenciosa polémica de las mamografías de cribado

Diversos expertos se han manifestado sobre las mamografía, Ahora mismo no sólo se pone en duda el mejor proceder, sino también la técnica más adecuada.El beneficio de las mamografías en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, lo que llamamos prevención secundaria del cáncer, se conoce desde hace más de cien años y se aplica en clínica desde hace unos sesenta. Desde entonces nos vienen bombardeando desde nuestro ginecólogo, desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) o desde la Consejería de Sanidad de cada Comunidad Autónoma para que acudamos a esa cita, que es a la vez un derecho y una recomendación. Sin embargo, los avances tecnológicos de los mamógrafos y las discrepancias entre países y grupos de expertos sobre el proceder más apropiado, ha complicado mucho esta prueba de cribado. En estos últimos 10 años, diversos expertos en esta materia se han manifestado sobre esta prueba, poniendo en evidencia la ausencia de consenso en la actualidad. Ahora mismo no sólo se pone en duda el mejor proceder, sino también la técnica más adecuada. Artículo publicado en la revista Alimente el 08/04/2020

Hasta hace unos seis o siete años hemos seguido en España unas recomendaciones llenas de ambigüedades, ya que se decía que entre los 40 y 44 años la mujer podía elegir si hacerse la prueba o no, pero entre los 45 y los 54 años en cambio se aconsejaba una mamografía anual. A partir de los 55 años, las mujeres podían elegir seguir haciéndosela cada 2 años, o bien seguir haciéndola cada año, y así sucesivamente mientras fueran mujeres que tuvieran salud o una esperanza de vida de 10 años o más. En definitiva, ha habido una mezcla de casi todo vale, que consiguió concienciar a muchas mujeres de que la mamografía periódica era una rutina que debían de incorporar a sus vidas, como ir al dentista o al ginecólogo.

El beneficio de las mamografías en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, lo que llamamos prevención secundaria del cáncer, se aplica desde hace sesenta años.

En 2009 como tanteo, y de forma definitiva en enero de 2016, con arreglo a datos recogidos en los años previos, se dictaron desde EEUU unas nuevas recomendaciones realizadas por la Asociación Americana de Oncología (ACS) y la US Preventive Services Task Force (USPSTF) que fueron acogidas a nivel internacional. Ni que decir tiene la desconfianza generada en España: piensa mal y acertarás frente a este tipo de cambios en tiempos de recortes sanitarios. El plan de prevención renovado, aceptado por la Sociedad Española de Oncología Médica, afirma de forma resumida que las mamografías en mujeres entre 40 y 49 años no han demostrado beneficio como prueba de muestreo de cáncer de mama; que a partir de los 50 y hasta los 74 años, la recomendación es de realizar la prueba cada 2 años; que por debajo de los 40 años no existe indicación para realizarla, salvo excepción muy justificada; y que a partir de los 75 años de edad, la mamografía de screening no muestra beneficio. Señores, la polémica está servida. Pueden volver a leerlo las veces que sean necesarias como hemos hecho todos. No es de extrañar que las mujeres afectadas, que venían haciéndose religiosamente sus mamografías cada año, se hayan sentido desprotegidas y confundidas con esta nueva medida.

Las mujeres afectadas, que venían haciéndose religiosamente sus mamografías cada año, se han sentido desprotegidas y confundidas con esta nueva medida en tiempos de recortes sanitarios.

Pero esto no queda aquí. Es necesario añadir aderezos varios, que terminan de adornar este plato tan complejo. Sólo voy a mencionar algunos. Primero, esta información no ha llegado a todos los profesionales sanitarios, por lo que algunos enseguida han implantado el ahorro mientras que otros, conservadores, prudentes o escarmentados, se han quedado anclados en el pasado a la defensiva. Segundo, las mamografías no son pruebas inocuas, ni antes ni ahora, y es necesario informar de ello a las pacientes. Aquí caben muchas reflexiones, pero como médico pienso en los millones de mamografías realizadas con el plan antiguo, que dejaban conciencias tranquilas, pero mamas irradiadas, en muchas ocasiones con escasa justificación si nos acogemos a los postulados del plan renovado. Tercero, aunque el cáncer de mama sea una enfermedad más propia de la menopausia, son muchos los casos por debajo de los 49 años, e incluso por debajo de los 45. Y, en el periodo menopáusico, 2 años permiten al temido cáncer de mama de cualquier mujer crecer, expandirse y multiplicarse sin límites. Está claro que este plan renovado no puede dejar tranquilo a ningún oncólogo, sobre todo si le interesa la prevención. Cuarto y último, aparece la letra pequeña del avance tecnológico: los mamógrafos de ahora ven más, pero generan más dudas, lo que conlleva incertidumbres en el médico y en la paciente, optando por la solicitud de más pruebas, o la recomendación de acudir al mamógrafo de nuevo en 6 meses a repetir la prueba, con la consiguiente exposición a la radiación. Todo esto sin olvidar el sofocón y el insomnio que persiguen a estas pacientes durante el periodo de espera. Sin comentarios.

No hay enfermedades sino enfermos, los médicos deberíamos ser capaces de recomendar a cada mujer, de forma individualizada, la frecuencia, la oportunidad y la duración de esta prueba. De esto trata la oncoprevención personalizada.

Dicho todo esto, y en nuestra opinión ajustada con la experiencia, la solución debería pasar por descentralizar el muestreo del cáncer de mama alrededor de una mamografía y comenzar a mirar y conversar con las pacientes; sí, mirar y conversar, antes de realizar ninguna prueba de consecuencia dudosa. Es indiscutible que la mamografía tiene un valor determinante en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, pero también que, ante la falta de consenso en cuanto al criterio médico, son muchos los matices que habría que tener en cuenta ante cada paciente mujer susceptible de sufrir el cáncer más frecuente: su edad, su estatus hormonal, sus antecedentes obstétricos, su herencia genética, el tipo de mamas, su constancia y habilidad para la autoexploración, sus miedos, otros riesgos asociados (como consumo de tabaco y alcohol, sedentarismo u obesidad) y otros tratamientos recibidos en la actualidad y el pasado. Con toda esta información, y porque no hay enfermedades sino enfermos, los médicos deberíamos ser capaces de recomendar a cada mujer, de forma individualizada, la frecuencia, la oportunidad y la duración de esta prueba. De esto trata la oncoprevención personalizada.

Clínica Dr. Durántez para un envejecimiento saludable

Dr Ángel Durántez

Dr Ángel Durántez

El Dr. Ángel Durántez Prados (1963) es el médico pionero en España de la Medicina Preventiva Proactiva y la Age Management Medicine −Medicina para el Envejecimiento Saludable− o más recientemente conocida como Medicina de la Longevidad Saludable.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid con la calificación de sobresaliente (1987). Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte (1990). Doctor en Medicina y Cirugía “Cum Laude” por la universidad Autónoma de Madrid (1997). Titulado en Age Management Medicine en Estados Unidos por la CERF (Cenegenics Education and Research Foundation) con 60 créditos AMA (2011). Asistente y ponente invitado en más de 600 jornadas, cursos, congresos y simposios relacionados con sus especialidades. Ha escrito más de 1000 artículos divulgativos y atendido centenas de entrevistas en todo tipo de medios de comunicación. Autor del libro “Joven a los 100, todas las claves para vivir más y mejor” de la Editorial La Esfera de los Libros y de la guía “Jóvenes con Canas” editada por la Fundación Maphre. Además, fue convocado en 2019 para escribir un capítulo del libro “40 años de Constitución, 40 años de Sanidad. Testimonios de sus protagonistas. 1978–2018”, junto con varios ministros y consejeros de sanidad, gestores sanitarios, relevantes investigadores y médicos clínicos.

Ejerce la medicina desde 1988 en el ámbito privado como médico de centros, equipos, federaciones deportivas y como médico de numerosos deportistas de todos los niveles y categorías, desde el deporte salud a deportistas olímpicos. Su carácter emprendedor e innovador le llevó a interesarse por las últimas tendencias en la Medicina Preventiva Proactiva en la que su experiencia en las ciencias del deporte y la actividad física constituye un valor indudable. A partir de 2005 promueve y desarrolla varios proyectos empresariales relacionados con el Medical Fitness −Ejercicio Terapéutico− (socio fundador y director médico del primer gimnasio clínico en España SPE, 2005-2012) y la Medicina para el Envejecimiento Saludable (socio fundador y director médico de la Clínica SPEsalud en El Corte Inglés Castellana de Madrid 2011-2013 y de la Clínica Neolife, 2013-2017). 

En 2017 traslada su actividad profesional a las instalaciones de la prestigiosa Clínica Ruber Internacional en el Paseo de la Habana de Madrid, operando bajo el nombre comercial de Clínica Dr. Durántez, donde atiende a sus pacientes aplicando de manera integrativa los últimos avances de la medicina de las “Ps”; Preventiva, Proactiva, Participativa, Predictiva, Personalizada y Placentera. Es médico de numerosas personalidades del mundo de la empresa, las finanzas, la política, el arte, el espectáculo, los medios de comunicación y el deporte. 

En 2024, la Clínica Dr. Durántez es participada por el vehículo inversor Longevity Ecosystem, con el objetivo de crecer en instalaciones, equipo, servicios y prestaciones. Como consecuencia de ello en marzo de 2025 se inaugura la Clínica Neleva de 700 metros cuadrados en la Calle Claudio Coello de Madrid, una de las 10 mejores clínicas a nivel mundial de Longevidad Saludable, donde se continúa y amplia la actividad asistencial previa.

EL Dr. Durántez es vocal de la SEMAL (Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad), ha sido el presidente del comité organizador del XIX Congreso Internacional de esta sociedad en 2021 y ha participado como miembro del de este comité en la organización de todos los congresos posteriores. Es miembro de SEMED (Sociedad Española de Medicina del Deporte). Ha sido nombrado en la lista Forbes 2018, 2019 y 2020 de los 100 mejores médicos de España. Fue consejero científico del Ilustrísimo Colegio Oficial de Médicos de Madrid en su especialidad y del Foro Ganasalud de la Dirección General de Deportes de la Comunidad de Madrid.

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