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Dieta cetogénica, ¿Posible para todos?

Dieta cetogénica, ¿Posible para todos?Una de las tendencias nutricionales del momento es la dieta cetogénica, siendo la más buscada en google en 2018. Muchos aseguran que es un cambio radical en la forma de alimentarse que puede beneficiar a muchos, pero, ¿Es la dieta cetogénica o keto adecuada para todos? Artículo publicado en la revista Alimente el 10/08/2020.

La dieta cetogénica es desde luego, junto con otras como el veganismo, la paleo o el ayuno intermitente, una de las tendencias nutricionales al alza. Se trata de una dieta muy baja en carbohidratos, y alta en grasas. Recibe su nombre debido a que cuando la ingesta de carbohidratos se reduce por debajo de unos 50g al día, se induce un estado metabólico denominado cetosis, en el cual el organismo obtiene energía de forma preferente a partir de los cuerpos cetónicos derivados de las grasas, en lugar de la glucosa.

Los orígenes de la dieta cetogénica se remontan a la antigüedad. Aunque el ayuno fue el único tratamiento contra la epilepsia incluido en la colección hipocrática, hacia 500 años AC, lo cierto es que la dieta cetogénica fue verdaderamente introducida en los años 20 del siglo pasado, como tratamiento frente a la enfermedad. Durante dos décadas fue el tratamiento de elección, pero con la llegada de los fármacos antiepilépticos, cayó en desuso. Sin embargo, ha continuado siendo utilizada en tratamiento de casos de epilepsia refractaria, y en las últimas dos décadas se ha avivado el interés por su uso en otros ámbitos terapéuticos.

La dieta cetogénica, es una dieta baja en carbohidratos, y alta en grasas.

Existen diferentes tipos de dieta cetogénica, teniendo todos en común esa baja ingesta de carbohidratos, necesaria e imprescindible para que el organismo pase a modo cetosis. La cetogénica estándar contiene aproximadamente un 75% de grasas, un 20% de proteínas y un 5% de carbohidratos. En el caso de la dieta ceto alta en proteínas, se pasa a aproximadamente un 60% de grasas, un 35% de proteína y un 5% de carbohidratos. Y existen otras aproximaciones como la dieta cetogénica cíclica, con periodos de días en cetosis y días fuera de ella, o la dirigida, donde se consumen carbohidratos antes y después de actividad física de cierta intensidad.

Uno de los aspectos donde la dieta cetogénica ha demostrado en diferentes estudios ser efectiva, sería la pérdida de peso. Entre otros mecanismos, se ha sugerido la alta saciedad inducida por una dieta alta en grasas y proteína, o los menores niveles de glucosa e insulina en sangre. Algunos estudios han comparado una dieta cetogénica con una dieta baja en grasas, encontrando que se perdía 2,2 veces más peso con la primera que con la segunda, además de mejorar los niveles de triglicéridos y de colesterol HDL. Otro estudio comparó la dieta cetogénica con la dieta para la diabetes UK, encontrando una pérdida de peso tres veces mayor para la primera.

A pesar de su aparente eficacia, estudios a largo plazo demuestran que a partir de los seis meses la pérdida de peso se reduce entre otros motivos por la pérdida de adherencia a la dieta, siendo este un efecto común a otras dietas restrictivas. Además, los estudios controlados en reclusión, no han demostrado diferencias entre dietas isocalóricas convencionales, bajas en grasas o cetogénicas. En cualquier caso, la cetogénica es interesante como dieta de ataque para pérdida de peso a corto plazo en algunos pacientes. Pero no para todos, ya que aquellos con predisposición genética a la acumulación de grasa podrían tener mejores resultados con una dieta convencional alta en proteína.

La dieta  cetogénica ha sido propuesta como tratamiento para la diabetes, dado el cambio metabólico que supone obtener energía a partir de los cuerpos cetónicos en lugar de la glucosa.

Y asociada a la obesidad está la diabetes, para la que la dieta cetogénica ha sido propuesta como tratamiento, dado el cambio metabólico que supone obtener energía a partir de los cuerpos cetónicos en lugar de la glucosa. Aparte de que la pérdida de peso siempre es beneficiosa para la sensibilidad a la insulina, se ha comprobado en algún estudio como ésta última ha mejorado hasta en un 75% con una dieta cetogénica. En otro estudio con diabéticos tipo 2, siete de los veintiun participantes fue capaz de dejar la medicación.

Otro trabajo con pérdida de peso en diabéticos tipo 2, encontró que un 95,2% del grupo cetogénico fue capaz de dejar o reducir la medicación para la diabetes, frente a un 62% en el grupo con una dieta convencional de control glucémico. Además, los primeros perdieron 11,1kg frente a solo 6,2kg en el grupo convencional.

Y en relación a la enfermedad cardiovascular, también asociada a la obesidad, hay estudios preliminares sobre dieta cetogénica pero especialmente sobre marcadores intermedios como HDL, triglicéridos, pérdida de peso, glucemia y presión arterial. En enfermedades neurodegenerativas como alzheimer o parkinson también está siendo estudiada, dado el cambio en el cerebro hacia la obtención de energía a través de cuerpos cetónicos. Se ha encontrado en estudios preliminares, una mejora de los síntomas. Además, y como se ha comentado, es un tratamiento instaurado en la epilepsia infantil refractaria al tratamiento farmacológico.

Uno de los campos que más revuelo despertó hace algunos años alrededor de la dieta cetogénica, fue el tratamiento del cáncer. En la década de 1920 se descubrió el llamado Efecto Warburg, en honor a su descubridor, quien observe que los tumores captaban cantidades mucho mayores de glucosa que los tejidos que los rodeaban. Además, la glucosa era fermentada para producir lactato, incluso en presencia de oxígeno, en la denominada glicólisis aeróbica. El interés por la cetosis, al reducir al mínimo las cantidades de glucosa circulante, y reducir la activación de las vías que favorecen la proliferación celular, ha aumentado en los últimos años, en relación al cáncer.

En ratones, se ha comprobado como una dieta cetogénica clínica para el tratamiento de la epilepsia, pudo reducir el crecimiento de algunos tipos de tumor cerebral hasta en un 65%, prolongando la supervivencia. Se está estudiando el uso de la dieta cetogénica como  adyuvante de la quimio y radioterapia al reducir la glicólisis.

¿Y para el envejecimiento?

Pues parece que también la cetosis podría ser útil para ralentizarlo. Los cuerpos cetónicos, entre otros el beta-hidroxibutirato, liberados durante la cetosis se han vinculado con algunos de los efectos antienvejecimiento del ayuno intermitente. Estudios en ratones han demostrado que la dieta cetogénica prolonga la longevidad, reduciendo los niveles de insulina y desactivando la vía mTOR, que es una de los mecanismos por los que el ayuno puede actuar prolongando la vida.

Vista toda esta lista de virtudes, parecería que la dieta cetogénica es la cura de todos los males. Lo cierto es que en muchos de estos aspectos los resultados son preliminares, en estudios con ratones que no pueden extrapolarse directamente a humanos, si bien son prometedores. La dieta cetogénica puede además tener efectos secundarios.

A corto plazo puede producirse lo que se denomina la “gripe ceto” que consiste en un periodo de entre una y dos semanas de debilidad, hambre, náuseas, alteraciones digestivas y menor rendimiento deportivo. Además, pueden producirse alteraciones en el equilibrio de electrolitos en el organismo, facilitando la pérdida entre otros de sodio, potasio o magnesio.

Estudios en ratones han demostrado que la dieta cetogénica prolonga la longevidad, reduciendo los niveles de insulina y desactivando la vía mTOR, que es una de los mecanismos por los que el ayuno puede actuar prolongando la vida.

A largo plazo no disponemos por el momento de estudios de larga duración en adultos. En niños y adolescentes que han seguido la dieta como tratamiento terapéutico frente a la epilepsia, hay estudios de más de seis años que han mostrado un ligero aumento del riesgo de fracturas óseas, cálculos renales, y menor desarrollo.

Uno de los problemas de la dieta cetogénica popularizada en internet puede ser la aplicación con una aproximación dietética en la que los alimentos de origen vegetal brillan por su ausencia. Si bien las fuentes de origen animal van a ser centrales a este tipo de dietas, por su aporte proteico y de grasas, sin embargo, es posible añadir numerosos vegetales bajos en carbohidratos, como son las verduras de hoja verde y algunas brasicas en cantidades limitadas.

Existe incluso una versión ceto de la dieta mediterránea, que ha sido investigada con buenos resultados. Es muy probable que este tipo de aproximaciones con un mayor apoyo vegetal, puedan reducir los efectos negativos a largo plazo, con un mejor balance de sodio/potasio y por ende, de calcio, así como una mejor salud de la microbiota intestinal, con ese aporte de carbohidratos accesibles a las bacterias intestinales. Habrá que permanecer atentos a los avances de esta dieta que hace que, paradójicamente, perdamos grasa comiendo más grasas.

Clínica Dr. Durántez para un envejecimiento saludable

Dr Ángel Durántez

Dr Ángel Durántez

El Dr. Ángel Durántez Prados (1963) es el médico pionero en España de la Medicina Preventiva Proactiva y la Age Management Medicine −Medicina para el Envejecimiento Saludable− o más recientemente conocida como Medicina de la Longevidad Saludable.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid con la calificación de sobresaliente (1987). Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte (1990). Doctor en Medicina y Cirugía “Cum Laude” por la universidad Autónoma de Madrid (1997). Titulado en Age Management Medicine en Estados Unidos por la CERF (Cenegenics Education and Research Foundation) con 60 créditos AMA (2011). Asistente y ponente invitado en más de 600 jornadas, cursos, congresos y simposios relacionados con sus especialidades. Ha escrito más de 1000 artículos divulgativos y atendido centenas de entrevistas en todo tipo de medios de comunicación. Autor del libro “Joven a los 100, todas las claves para vivir más y mejor” de la Editorial La Esfera de los Libros y de la guía “Jóvenes con Canas” editada por la Fundación Maphre. Además, fue convocado en 2019 para escribir un capítulo del libro “40 años de Constitución, 40 años de Sanidad. Testimonios de sus protagonistas. 1978–2018”, junto con varios ministros y consejeros de sanidad, gestores sanitarios, relevantes investigadores y médicos clínicos.

Ejerce la medicina desde 1988 en el ámbito privado como médico de centros, equipos, federaciones deportivas y como médico de numerosos deportistas de todos los niveles y categorías, desde el deporte salud a deportistas olímpicos. Su carácter emprendedor e innovador le llevó a interesarse por las últimas tendencias en la Medicina Preventiva Proactiva en la que su experiencia en las ciencias del deporte y la actividad física constituye un valor indudable. A partir de 2005 promueve y desarrolla varios proyectos empresariales relacionados con el Medical Fitness −Ejercicio Terapéutico− (socio fundador y director médico del primer gimnasio clínico en España SPE, 2005-2012) y la Medicina para el Envejecimiento Saludable (socio fundador y director médico de la Clínica SPEsalud en El Corte Inglés Castellana de Madrid 2011-2013 y de la Clínica Neolife, 2013-2017). 

En 2017 traslada su actividad profesional a las instalaciones de la prestigiosa Clínica Ruber Internacional en el Paseo de la Habana de Madrid, operando bajo el nombre comercial de Clínica Dr. Durántez, donde atiende a sus pacientes aplicando de manera integrativa los últimos avances de la medicina de las “Ps”; Preventiva, Proactiva, Participativa, Predictiva, Personalizada y Placentera. Es médico de numerosas personalidades del mundo de la empresa, las finanzas, la política, el arte, el espectáculo, los medios de comunicación y el deporte. 

En 2024, la Clínica Dr. Durántez es participada por el vehículo inversor Longevity Ecosystem, con el objetivo de crecer en instalaciones, equipo, servicios y prestaciones. Como consecuencia de ello en marzo de 2025 se inaugura la Clínica Neleva de 700 metros cuadrados en la Calle Claudio Coello de Madrid, una de las 10 mejores clínicas a nivel mundial de Longevidad Saludable, donde se continúa y amplia la actividad asistencial previa.

EL Dr. Durántez es vocal de la SEMAL (Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad), ha sido el presidente del comité organizador del XIX Congreso Internacional de esta sociedad en 2021 y ha participado como miembro del de este comité en la organización de todos los congresos posteriores. Es miembro de SEMED (Sociedad Española de Medicina del Deporte). Ha sido nombrado en la lista Forbes 2018, 2019 y 2020 de los 100 mejores médicos de España. Fue consejero científico del Ilustrísimo Colegio Oficial de Médicos de Madrid en su especialidad y del Foro Ganasalud de la Dirección General de Deportes de la Comunidad de Madrid.

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