Geroprotectores, ¿fármacos y suplementos para vivir más? No es oro todo lo que reluce

Geroprotectores, ¿fármacos y suplementos para vivir más? No es oro todo lo que reluceEn el mundo antienvejecimiento, los suplementos geroprotectores están en el candelero. Desde sustancias naturales hasta fármacos con otros usos, son muchas las alegaciones de eficacia. ¿Están basadas en pruebas sólidas?

Se conocen como geroprotectores a aquellos fármacos o complementos nutricionales con algún tipo de efecto para ralentizar o contrarrestar las marcas moleculares que acontecen a lo largo del proceso de envejecimiento y alargar la esperanza de vida, “Geroprotectors: A Unified Concept and Screening Approaches“, NIH, mayo 2017. Artículo publicado en la revista Alimente el 16/10/2024.

A finales de este año 240 ratones se darán un festín de comida mezclada con citrato de sildenafilo, el ingrediente activo de la Viagra. Al mismo tiempo, un número igual consumirá comida que contiene captopril, un conocido fármaco contra la hipertensión. Estos experimentos forman parte del “Interventions Testing Program” (ITP) un proyecto de investigación que lleva en marcha 22 años y está financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de EEUU. Su objetivo es analizar de forma sistemática y con una metodología fiable, sustancias que alarguen de forma efectiva la vida en ratones como posibles candidatos para ese mismo efecto en humanos.

Hasta la fecha el ITP ha analizado la eficacia de más de 60 medicamentos, componentes dietéticos, hormonas y otras moléculas y su potencial para alargar la vida. La Viagra y el captopril se encuentran entre los ocho nuevos compuestos seleccionados para el estudio en 2024.

Metodología rigurosa

Una de las características que hacen de gran interés a este proyecto es su rigurosa metodología de análisis. Cada experimento se replica en tres centros de investigación diferentes, para garantizar la reproducibilidad de los resultados. Esta es una de las características fundamentales de cualquier experimento científico. Además, cuenta siempre con un grupo control.

Otra de las características de este proyecto es la diversidad genética de los ratones que utiliza, que proceden de cruces entre dos cepas híbridas. Este enfoque contrasta con otros estudios que se basan en ratones endogámicos, que pueden producir resultados engañosos debido a su falta de variación genética. Como resultado, los ratones del ITP son más representativos de la diversidad que se encuentra en las poblaciones humanas.

Algo también muy importante que caracteriza al ITP es la publicación de todos los resultados de forma abierta y transparente, tanto si los resultados son positivos como negativos. Esto es de gran relevancia ya que, si se demuestra que algo no funciona, se ahorra a otros investigadores tiempo a futuro para no continuar invirtiendo esfuerzos y tiempo en ese camino.

Estrellas destronadas

Cada primavera se presentan al ITP entre seis y ocho sustancias candidatas para el testeo. Durante el año se desarrollan los experimentos y se publican los resultados, que pueden consultarse en esta página donde se muestran las curvas de supervivencia, “ITP: Interventions Testing Program: Effects of various treatments on lifespan and related phenotypes in genetically heterogeneous mice (UM-HET3) (2004-2024)“, MPD, o en esta que enlaza a las publicaciones de cada experimento, “Supported Interventions“, NIH.

Entre los compuestos “destronados” se encontrarían el aceite de pescado o la curcumina. Y una de las grandes sorpresas, el resveratrol. Aun tras tres rondas de estudios con esta sustancia, no se consiguió un efecto significativo para prolongar la vida de estos roedores. Esto no implica que el consumo de los “destronados” no pueda ser beneficioso por otros motivos ampliamente conocidos, pero en lo que respecta a la capacidad de prolongar la vida como tal, en estos ratones no hubo efecto.

Por otro lado, este proyecto ha confirmado la efectividad de algunas sustancias, o descubierto otras nuevas de interés. La rapamicina, fármaco inmunosupresor utilizado tradicionalmente para prevenir el rechazo de órganos después de los transplantes, alargó la longevidad de los ratones incluso cuando se administró tarde su ciclo vital.  Estudios en humanos han sugerido que la rapamicina y sus derivados pueden tener traer además beneficios como la mejora de la respuesta de los pacientes mayores a las vacunas y potencialmente ayudar a tratar la enfermedad de Alzheimer y la debilidad muscular relacionada con la edad. De hecho la rapamicina se postula como uno de los más prometedores geroprotectores en humanos, “Evaluation of off-label rapamycin use on oral health“, “pringer Nature, 2024, “Targeting Cell Senescence and Senolytics: Novel Interventions for Age-Related Endocrine Dysfunction“, Oxford Academy, octubre 2024.

El efecto más pronunciado que ha encontrado el ITP hasta la fecha ha sido la combinación de rapamicina con acarbosa, siendo este segundo un fármaco que reduce la metabolización de los carbohidratos procedentes de la dieta. Otros fármacos identificados por el ITP como potencialmente beneficiosos son la canagliflozina (utilizada para el tratamiento de la diabetes) y el 17alfa-estradiol, una forma de estrógeno (especialmente en ratones macho). Y algunos de los más mencionados actualmente en el mundillo antiaging como la glicina, encontrándose en estudio su combinación con N-acetil-cisteína, una sustancia mucolítica de venta libre en farmacias, tema del que ya hablamos en este espacio, “Suplementos geroprotectores: nuevos avances“, Gente Sana, mayo 2023.

Del ensayo a la terapia en humanos

A pesar de la fiabilidad de la metodología y la sistematización del proyecto ITP esto no significa que podamos traducir directamente estos resultados a terapias que prolonguen nuestra vida. Por un lado, no podemos extrapolar directamente los hallazgos en ratones a humanos. Este modelo nos es muy útil dado su corto ciclo vital que nos permite en pocos meses contemplar loque sería toda una vida para nosotros. Pero no es asimilable al 100%.

Por otro lado, están las agencias regulatorias del medicamento. El envejecimiento no es considerado por ellas como una enfermedad y, por tanto, puede ser difícil avanzar en las fases de ensayo clínico en humanos y obtener su autorización. Un subterfugio es el de analizar si estes sustancias tienen un efecto directo en enfermedades relacionadas con la edad.

En cualquier caso, es muy buena noticia la existencia de iniciativas como esta que permitan analizar con una metodología rigurosa sustancias candidatas como geroprotectores. Los resultados pueden a veces ser inesperados y sorprendernos en un sentido o en otro, pero dato mata a relato. En un mundo que se mueve tan deprisa como el de la medicina de la longevidad y el envejecimiento saludable, no debemos perder el rigor y la minuciosidad.

Clínica Dr. Durántez para un envejecimiento saludable

 

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