El mundo de las sustancias con actividad biológica está en constante movimiento. Uno de estos compuestos emergentes es la berberina, que tiene un perfil similar al de un fármaco más que probado como es la metformina. Veamos qué puede ofrecernos. Artículo publicado en la revista Alimente el 01/02/2021.
La naturaleza no deja ni dejará nunca de sorprendernos, con la innumerable cantidad de sustancias, la mayoría de ellas de origen vegetal, y que potencialmente pueden tener un efecto beneficioso. Periódicamente van saltando algunas de ellas a la palestra. Probablemente una de las más conocidas sea el resveratrol, con otras como la cúrcumina o recientemente y asociada a la pandemia de COVID-19, la quercetina.
Hoy queremos hablar de la berberina. Esta sustancia recibe su nombre de un arbusto ornamental bastante común como es el agracejo, o Berberis vulgaris. Se ha usado tradicionalmente como tinte ya que presenta un intenso color amarillo. También ha sido utilizada en la medicina tradicional china, para el tratamiento del síndrome metabólico,“Berberina: ¿una posible promesa frente a la diabetes tipo 2?”, Alimente, agosto 2020.
Curiosamente, la medicina tradicional china ha sido fuente del interés en occidente por muchas de estas nuevas sustancias. Cuando se ha analizado algunas de ellas desde un punto de vista farmacológico, se ha podido comprobar su eficacia y en algunos casos confirmarla. La base de datos de artículos científicos PubMed, devuelve más de 4.600 artículos con el término “berberina” en el título o el resumen, estando más de 4.000 de estos trabajos fechados a partir del año 2.000.
¿Qué nos dicen estos estudios sobre la berberina?
Se ha encontrado que reduce la producción hepática de glucosa mejorando a su vez su incorporación al músculo, reduce la glucemia y la producción de insulina. Todo ello, relacionado con su uso tradicional para la mejora del síndrome metabólico. Pero además de estos efectos con posible utilidad para el tratamiento de la diabetes, la berberina es una sustancia con potencial antienvejecimiento.
El motivo es que activa los mecanismos de ahorro energético activando la vía AMPK, e inhibiendo la mTOR, simulando los efectos de la restricción calórica. Se inhibe también la producción de IGF-1 y se reduce la división celular, y por tanto el acortamiento telomérico, relacionado con el envejecimiento.
Recientemente hablábamos de un fármaco como la metformina, y su uso como estrategia antienvejecimiento, “Metformina: Una nueva estrategia antienvejecimiento“, Gente Sana, octubre 2020. Lo cierto es que metformina y berberina comparten un perfil similar como demuestra esta revisión: “Metformin and berberine, two versatile drugs in treatment of common metabolic diseases“, PMC, febrero 2018.
¿Por qué el interés en la berberina entonces?
Comparativamente, la metformina reduce más el riesgo cardiovascular que la berberina, por su efecto más pronunciado sobre los niveles plasmáticos de triglicéridos y ácidos grasos libres. En relación a el efecto hipoglucemiante, algunos meta-análisis han encontrado que la berberina en combinación con cambios en el estilo de vida puede tener efectos comparables a los del tratamiento con metformina. No obstante, las pruebas son limitadas y se necesitan estudios más extensos, con más pacientes, y de mayor duración para poder analizar la seguridad y efectos secundarios con más rigor.
Otra desventaja de la berberina es su baja absorción por vía oral, algo que comparte con la curcumina. Sus posibles efectos secundarios son similares a los de la metformina (diarrea, flatulencia, vómitos…) aunque por lo general más suaves y las dosis recomendadas oscilan entre los 900 y 1500mg diarios repartidos en dos o tres dosis ya que su vida media es corta.
Mi criterio para su prescripción es como primera línea en aquellos pacientes que no consiguen alcanzar valores óptimos de biomarcadores como glucosa, hemoglobina glicosilada, insulina e índice HOMA, mediante la modificación de los hábitos nutricionales y de ejercicio, o en aquellos interesados en sus efectos “antienvejecimiento” que no deseen tomar metformina. Por lo general se observa una mejora sustancial de los biomarcadores del metabolismo hidrocarbonado. En cuanto a sus efectos sobre el envejecimiento biológico, es algo más difícil de determinar mientras no tengamos claro qué relojes biológicos medir o los que ya conocemos (metilación del ADN, longitud telomérica, inmunosenescencia…) se abaraten.
La berberina es un aliado para mejorar el control glicémico junto a cambios en el estilo de vida.
En la actualidad se está estudiando diferentes derivados procedentes de la transformación química de la berberina, para mejorar sus propiedades farmacológicas, “Berberine Derivatives with Different Pharmacological Activities via Structural Modifications“, PubLMed, 2018.
Puede que en un futuro próximo contemos con algún nuevo fármaco derivado de esta sustancia. Mientras y en la práctica clínica, la berberina es un aliado para mejorar el control glicémico junto a cambios en el estilo de vida. Y para aquellos interesados en el antienvejecimiento, el documental de Netflix titulado “¿Podemos vivir eternamente?” puede ser un buen entretenimiento en estos tiempos de Covid.
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